El abuelo de Lenin tenia una casa de campo en la capital de la república autonoma de los tártaros, casi encima de una colina, pon donde corría un riachuelo y a la cual dejaba ir a jugar a si nieto y amigos.
En el salon había tres grandes ventanales por los cuales los niños jugaban a entrar y salir como si fueran puertas, El doctor Blanck, padre de la madre de Lenin, en vez de irrumpir en el juego, colocó bancos bajo cada ventanal, para facilitar el paso, pues le parecía un modo ejemplar de llevar a cabo la imaginación infantil.
Con frecuencia, solo les reconocemos a los niños/as la importancia de crecer, y no les damos importancia al valor del juego, llegando incluso a vetarlo, siendo este un método de gran importancia para su desarrollo.
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